lunes, 7 de octubre de 2013

Cádiz renueva el voto con la Virgen del Rosario

Tal y como ocurre cada 7 de Octubre, la Patrona de Cádiz, Nuestra Señora del Rosario Coronada ha salido a las calles de su ciudad para bendecir a todos los gaditanos y gaditanas que atestaban las calles allá por donde pasara la procesión.
Un cortejo que discurrió rápidamente desde su salida, siempre a los sones de la AM Sagrada Cena, que abría el paso por el tradicional itinerario. Tras ella y la cruz parroquial, las representaciones de las hermandades y cofradías, algunas con un altísimo número de representantes entre sus filas.
Servitas era la última hermandad en aportar su estandarte (conocido también por bacalao) antecediendo a las representaciones militares, del Consejo Local y la Corporación Municipal. Tras estas, el cuerpo de servidores y acólitos que bañaban en incienso el camino de la Patrona.
La imagen de la Virgen del Rosario, obra del sevillano José Ramón Fernández Andes (la tercera que se venera en Santo Domingo), y que en 1980 fue restaurada por Francisco Peláez del Espino, iba vestida con el terno del cincuentenario de su coronación, que se celebró en 1997, realizado en tisú de plata bordado en oro por las dominicas de Torredonjimeno (Jaén). También llevaba la corona de oro y pedrería de su coronación canónica, que tuvo lugar el 4 de mayo de 1945 en la plaza de San Antonio, y también portó el rostrillo compuesto con piezas de su joyero por Manuel Fernández Pujol en 1991. Entre las donaciones llevaba el pectoral del obispo fray Félix María de Arriete, y entre otras la Medalla del Trabajo concedida a Carmen Casas y Casas. 
A los sones de Reina de la Paz, el paso se acercó del Altar Mayor hasta la puerta del convento con sus patines puestos para salvar la altura de la puerta. Salía medio paso y la Banda del Maestro Dueñas interpretaba el Himno Nacional, momento en que la escolta saludaba a la Virgen con el brazo izado a la altura de su sien y el público estallaba en una salva de aplausos.
Juan Pidre llamaba al paso mientras la campanas de Santo Domingo siguian sonando, el paso se levantaba al hombro y sonaba desde dentro del Convento los sones de la marcha que el maestro Beigbeder le compusiera, Virgen del Rosario. Posteriormente, inicando un magnífico repertorio se interpretó tanto Salve, Madre de la Salud de Julio Paez como Virgen de la Estrella de gran maestro Gámez Laserna.

Un repertorio fantásticamente elegido por la Archicofradía y que la banda que dirige Javier Alonso lució y demostró por qué es lo que es. Ejemplo de ellos marchas como Virgen de Montserrat, la adaptación del Ave María de Schubert así como Rosario Macareno de Albero ó La Caridad del Arenal de JJ Espinosa entre otras. No faltó la marcha de Pablo Ojeda estrenada el pasado año, Virgen del Rosario Coronada, interpretada en esta ocasión en la calle Sopranis durante una petalada por parte de la hermandad de la Cena.  

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