La
sobriedad se apoderó del Vía Lucis en su segunda estación. La única que no
llevaba acompañamiento de formaciones musicales sino que era una Coral
portuense la que con sus cánticos acompañaba el trasncurrir de esta imagen
anónima del siglo XIX, aunque se cree que puede ser obra Juan de Astorga.
En
el paso que sale cada Viernes Santo, obra de los talleres de Villarreal, del
año 1981 sin la Santa Cruz con las escaleras, con la que suele procesionar, y
faldones celestes de damasco confeccionados para la ocasión por el grupo de
hermanas costureras de la Hermandad.
Para
la ocasión de ayer, la vestimenta era novedosa y prestada por distintas
corporaciones. A saber, portaba el manto de camarín de Nuestra Señora del
Desconsuelo, la corona de camarín de Nuestra Señora de la Esperanza de la Yedra
y saya bordada del S. XVIII perteneciente a la Virgen de Penas y Loreto, obra
que se venera en una capilla particular de Ceuta. Llevaba la media luna de la
Virgen del Rosario de los Montañeses, sobre la peana de salida de la propia
Virgen del Loreto.
A
su paso por la Plaza de la Asunción se le interpretó la marcha que Paco Orellana
le dedicará Virgen del Loreto,
patrona de la Aviación y por ello el detalle en su paso. Otro detalle simbólico
fue el de dos coronas a los pies de la Virgen portadas por arcángeles de plata,
su pureza (de flor blanca) y su sufrimiento (de espinas), detalles directamente
relacionados, también, con la Natividad de María.
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